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martes, 25 de octubre de 2011

Fallece Simonceli , dep


"Marco Simoncelli ha muerto, a 23 de octubre de 2011, a las 16.56". Un relámpago desató las lágrimas en el paddock, que ya estaba al borde de la explosión. La colisión había sido devastadora. Incluso para el corpachón de Marco, que quedó tendido sobre el asfalto. El casco había volado, se lo sacó de cuajo el impacto de los pilotos que no lo pudieron esquivar. Deshecho, el piloto de Gresini fue rescatado con extrema urgencia por una ambulancia. Eran las 16.05. Los relojes se detuvieron. Los corazones también.
La sala de prensa se evacuó en segundos. La conmoción se contagió como una epidemia y empezó el via crucis. Todos los pilotos regresaron a la calle de boxes. La bandera roja era una mala señal. Poco después voló de boca en boca que la prueba se había cancelado. "Todo el equipo médico está intentando ayudar a Marco", fue la justificación. La gravedad salpicó de gritos y carreras los alrededores de la clínica de Sepang. Adentro, el equipo médico se dejó las manos y la sabiduría para que Marco no se marchara.
Pero se marchó. La rueda de prensa la ofició Michele Macchiagodena, director médico del campeonato. "Estoy muy triste de estar aquí para anunciar la muerte de Marco Simoncelli, un amigo. A causa de la fuerte caída durante la carrera y de ser golpeado por varios pilotos ha presentado un trauma severo en la cabeza, el cuello y el pecho. Según el equipo médico, cuando llegaron al lugar del accidente, estaba inconsciente. En la ambulancia se le practicó una CPR (resucitación cardiopulmonar) y se le oxigenó con una mascarilla de laringe.
Cuando llegó a la clínica, fue intubado para intentar sacar sangre del tórax y la resucitación continuó durante 45 minutos para ayudarle a sobrevivir. Desafortunadamente no fue posible y a las 16.56 lo declaramos clínicamente muerto".
Junto a él, en la mesa, con una mueca de dolor figuraban los cuatro directores de Carrera, Javier Alonso (Dorna), Franco Uncini (Delegado de seguridad), Claude Danis (Presidente de la Comisión de Seguridad) y Paul Butler (Director de Carrera). "Enviamos nuestras condolencias a su familia, sus amigos y todos sus seres queridos. Es un día muy triste para todos", dijo Butler, que aseguró que se realizará "una investigación clara sobre las circunstancias que concurrieron en al accidente".
Pero el accidente, como el de Shoya Tomizawa en Misano el pasado año, fue un cúmulo de infortunios incontrolable. No se habían completado ni dos vueltas. La curva 11, un curvón de derechas, le hizo perder la rueda delantera. Marco quiso salvar la caída y se prendió a la moto con fuerza. Pero esa maniobra fue fatal, letal. Al asirse al manillar y encontrar un punto de apoyo en el suelo, la moto giró sobre sí misma y en la circunferencia metió a Marco en la trayectoria de la curva, dejándolo desnudo, indefenso, a merced de la providencia.
Por detrás, Bautista pudo sortearlo. No así Colin Edwards, que lo embistió violentamente. También Valentino Rossi, su amigo, su gran amigo, lo alcanzó.
Fue súbito, inevitable. "Ahí es imposible rectificar porque estás tumbado", explicó Barberá, que lo presenció de cerca. Ambos circulaban inclinados y Marco salió despedido hacia sus ruedas. Se lo tragaron, irremediablemente. Y una de las ruedas hizo de sacacorchos, le golpeó el cuello y le sacó el casco. Simoncelli quedó exánime, con el cabello revuelto, en medio de la pista.
La resucitación fue imposible. Macchiagodena explicó que no pudo recuperar el pulso. "Le hemos hecho de todo. Pero nada". Paolo, su padre, comunicó la noticia. Todos rompieron a llorar. Un minuto más tarde, el anuncio oficial atestiguaba el fallecimiento. "A true competitor (un verdadero competidor)", como le definieron los equipos. Pippo se había ido, dejando roto al Mundial.


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